Me gusta el cine. Vemos muchas películas con mi esposa e hijas. Algunas nos inspiran otras nos aburren, algunas nos divierten o asombran, en fin, toda película vista produce algo en nosotros, pero... debe terminar y con ella la emoción se va. Sabemos y hay películas muy buenas que dejan huella y tal vez la sensación se transforme en una enseñanza, una inspiración perdurable a través del tiempo.
¿Qué piensas después de ver una película?, ¿te gustaría ser el protagonista?. No sé si pienses en la posibilidad de convertirte en el héroe, de ser aquel que se quede con el amor de la chica, quien obtenga la victoria, desentrañe y descubra el misterio, quien obtenga la fama, el reconocimiento y el dinero...ser aquel que obtenga ese añorado final feliz.
Perderse en un mundo de fantasía es fácil; soñar, añorar y desear es muy sencillo, pero ¿y nuestra realidad?.
La vida, si bien no es una película, realmente tiene mayores y mejores emociones, solo debemos saber reconocer, esperar y aplicar esos momentos cinematográficos a nuestra existencia. Así como las producciones que vemos, pueden ser las personas en nuestra vida. Nosotros mismos podemos ser una película aburrida, sosa y sin sentido en la vida de alguien más, o ser aquella que dejó una marca indeleble y positiva para el resto de sus días.
Nosotros decidimos ser héroes, villanos o simples extras; es nuestra la decisión de ir a conquistar al ser amado, nosotros y sólo nosotros, podemos trabajar y, con esfuerzo, actuar para conseguir realizar nuestros sueños, anhelos y deseos.
Toda película inicia de la misma manera: siendo una idea en la cabeza de alguien más. Tu vida, tu película, comenzó siendo una idea, no de hombre, sino del creador del universo y es El quien ha dispuesto en ti las ideas, los sueños, planes y proyectos, más te ha dado la opción de decidir si los llevas a cabo o no, tú decides ponerlos en marcha. El te ha dado el maravilloso regalo de la existencia, una película en blanco que puedes actuar, interpretar, escribir y editar tal y como quieras, pero será sólo bajo la dirección de Dios que podrás darle a tu historia ese hermoso y añorado final feliz.
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