No es raro hoy día ver en los púlpitos de las iglesias a predicadores recios y duros vociferando, gritando y exclamando, pero no la palabra de Dios con celo por defender la fe y la sana doctrina, sino señalando y criticando a otros que, según ellos, son falsos maestros, apóstatas y esbirros de Satán. A esta clase de personajes se le aúna una especie en constante reproducción: "los ciber-cazadores de apóstatas", estos gracias a las redes sociales tienen difusión y propaganda garantizada. Crean grupos en facebook, comunidades en google +, posts en blogger y hasta páginas completas dedicadas a, según ellos, desenmascarar a los falsos evangelistas.
Existe también aquel "cristiano" que lanza la piedra y esconde la mano, que le gusta participar de estos sitios en los que se denigra y maltrata a la persona del susodicho pastor, "apóstol", cantante o predicador pero eso si, el domingo está en su congregación "sirviendo", alabando, adorando y celebrando el nombre de su dios.
Todos ellos, aún los que no he nombrado, tienen algo en común: atacan, pelean, insultan ,denigran, maltratan y pordebajean al ser humano, a la persona que, puede y esté haciendo algo malo, pero que no es motivo para recibir tal cantidad y calibre de improperios, que el propio Satán se sonrojaría al verlos. Aquí unas pruebas (enseñables, hay otras que ni vale la pena de lo vergonzosas):

Hoy en día el "cristiano" promedio pretende llevar su fe a fuerza a los demás, y a quien no la quiera aceptar, al mejor estilo de la inquisición, con insultos y humillaciones pretende ablandarlo. Predica una falsa libertad, o mejor una libertad que busca hacer esclavos de quienes quieran creerla, porque solo creyendo lo que te dicen y solo eso, sin salirte de sus lineamientos es que puedes alcanzar la "verdad" que te hará "libre".
Imaginemos al apóstol Pablo diciéndoles burros a los Corintios o estúpidos a los Tesalonicenses, tarados a los Efesios e ignorantes a los Romanos. Volvamos a las raíces, al sano debate, a la defensa con argumentos, ideas y pensamientos basados en la palabra de Dios, no en nuestra interpretación y vana palabrería. Hay unos adagios populares que rezan: la decencia no pelea con nadie, y, lo cortés no quita lo valiente...tal vez no esté en la Biblia pero si es sabiduría. Volvamos al ¿qué haría Jesús?.
si suele pasar con todos los humanos unos mas otros menos pero todos lo hemos hecho mas de una vez, podemos ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga de nuestro ojo. Que Él Señor nos perdone y nos ampare.
ResponderEliminarDebemos predicar con amor y tolerancia, sin imposición, recordando que : Yo sembré, Apolos regó, pero el crecimiento lo da el Señor..
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