Otra excelente reflexión, disfruta, aprende...comenta:
A nadie le gusta ser avergonzado. Pero cuando somos avergonzados o fracasamos, nos mantenemos humildes. Los momentos vergonzosos son como antioxidantes para la vida. Una dosis saludable de vergüenza nos viene muy bien. Purgan el ego, nos liberan del orgullo idiota que todos tenemos.
A nadie le gusta ser avergonzado. Pero cuando somos avergonzados o fracasamos, nos mantenemos humildes. Los momentos vergonzosos son como antioxidantes para la vida. Una dosis saludable de vergüenza nos viene muy bien. Purgan el ego, nos liberan del orgullo idiota que todos tenemos.
Esos momentos vergonzosos nos ayudan a
aceptarnos tal cual somos y lo más importante: aceptamos lo que NO somos. Nos
libera de la carga del fingimiento y nos obliga a dejar de tomarnos tan en
serio a nosotros mismos.
Yo creo que las personas más felices del
planeta son las que más se ríen de si mismas. Ya son muchos los que viven como
si la razón de la vida fuera evitar cualquier ridículo, y es así como renuncian
a la alegría. Nunca se revelan como son en realidad.
Lo que busca esta generación es
autenticidad. Si un político, un Pastor o un personaje público se muestra
auténtico, está fomentando una cultura de autenticidad.
“Si los líderes son transparentes se crea
una cultura auténtica, si no son transparentes se crea una cultura de
ocultamiento”. La mayor de las libertades consiste en no
tener nada que esconder. Y no hay ninguna otra cosa para la cual se necesite
más valentía.
No podemos salir airosos cuando tratamos de
ser quienes no somos. Quedamos atrapados en una mentira, y lo que es peor: nos
convertimos en esa mentira.
Hace falta mucha valentía para dejar de
tratar de impresionar a los demás y despojarse de los disfraces. Nuestro
instinto ancestral nos hace querer cubrirnos con hojas de parra; por eso
escasea tanto la desnudez emocional y la espiritual.
Así que, no te tomes tan en serio y aprende
a reírte de ti mismo. Si Dios se ríe de nosotros, ¿Cómo no nos vamos a reír nosotros?
Después de todo, y al final del día
prefiero que me odien por lo que soy, antes que me amen por lo que no soy.
Autor: Dante Gebel.
Autor: Dante Gebel.
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