"Nunca dejes que
nadie te diga que no puedes hacer algo. Ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un
sueño, tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te
dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve por ello y punto. " Es una
frase de un padre a su pequeño hijo. Y si esto salió de la mente y labios de un
hombre, me gusta pensar, que nuestro creador y Padre puede pensar así y hasta
mejor.
Tantas veces me he
sentido incapaz de hacer tantas cosas y, la verdad, no he tenido a muchas
personas que me animen a continuar o a retomar, antes bien siempre he encontrado
dedos acusadores, palabras hirientes y muchos: "te lo dije", pero
entre tantos "jueces" y "fiscales", Dios se levanta y me
recuerda que no me dejará hasta que yo pueda hacer lo que me ha encomendado.
Todos hemos escuchado
que tenemos un propósito para estar aquí, pero también sabemos que muchos se
van de este mundo sin saberlo y por ende sin cumplirlo.
No quiero partir de
este mundo sin cumplir mi propósito y por eso trato de saber ¿cuál es?, sé: me
he equivocado, y que puedo equivocarme nuevamente, pero también tengo muy claro
y Dios estará ahí conmigo para reconfortarme, para darme fuerza, para no
dejarme en mi error o en mi caída, sino para sacarme de ahí y llevarme hasta mi
propósito, hasta el sueño que Él tuvo para mí, compartió conmigo y del cual
ahora también soy dueño.
Si Dios puede hacerlo
por mí, también puede hacerlo por ti.
No escuches las voces
que te dicen: no puedes, no lo lograrás...¡no lo hagas!. No hablo de ser un
audaz que va por la vida errando por deporte; hablo de ser valiente y tomar
riesgos, de emprender y tomar desafíos que más adelante pueden dar fruto. No
rendirse como no lo hizo Caleb, quién sirvió, luchó...esperó y después de 45
años obtuvo su recompensa. Dios se lo había prometido.
¿Has recibido promesas
de parte de Dios?, entonces ya estás encaminado, solo basta que sigas adelante.
Habrán inconvenientes, obstáculos y quienes quieran detenerte, sólo tú sabrás
si lo haces o sigues adelante, aunque te tome 10, 20, 30 o 40 años lograrlo,
sigue adelante, no te rindas, y no lo hagas porque yo te lo digo, hazlo porque
crees en Dios, porque crees en ti porque sabes que tu esfuerzo y dedicación
darán fruto. Hazlo, no dejes de que nadie te diga que no puedes, Dios sabe que
puedes o si no, no estarías vivo.
Si aún respiras quiere
decir que aún puedes.
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