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¿Dios manda a la gente a l infierno? Parte 1.

Para abordar este interesante tema, lee Lucas 16:19-31.

Cada semana, abordamos una de las cosas que en nuestra cultura y especialmente en la ciudad de Nueva York, le preocupa más a la gente acerca del Cristianismo, y en esta semana hablaremos sobre la enseñanza Cristiana de que Dios es un juez y un juez que envía a la gente al infierno. Y hay muchas maneras de abordar esta doctrina y muchas preocupaciones sobre esta, pero básicamente pienso que una objeción entendible va de esta manera: ¿Cómo puedes posiblemente reconciliar el concepto de juicio en el infierno con la idea de un Dios amoroso?, Juicio en el infierno. Dios amoroso. Simplemente no van juntos. ¿Qué decimos sobre eso?. Les digo, una de las cosas que he dicho a lo largo de los años porque soy un ministro y la gente me pregunta: ¿Qué es lo que crees acerca del infierno? Y una de las cosas que digo, una de las cosas que creo es que probablemente la imagen bíblica del infierno de fuego, probablemente es metafórica. Y la gente dice: ¡uff…!, entonces siempre digo: es una metáfora para algo probablemente infinitamente peor que el fuego, y se quedan: ah??.

Me gustaría sostener, que el entendimiento Cristiano del infierno es crucial para
1. Entender tu propio corazón.
2. Para vivir en paz en el mundo.
3. Para conocer el amor de Dios.

Primero que nada, entendiendo cómo es crucial para entender tu propio corazón. Esta parábola tiene dos personajes; un hombre rico y uno pobre y una de las cosas que los comentadores nos han dicho por años es que esta es la única parábola en la que un personaje, el hombre pobre, tiene un nombre propio. Si le echas un vistazo a las demás parábolas de Jesús, a nadie se le ha asignado un nombre propio a excepción de este hombre pobre cuyo nombre es Lázaro. Pero si un personaje tiene un nombre, seguramente si Jesús va a usar ese enfoque, el otro personaje debería tener un nombre, pero no lo tiene. Hay un personaje con nombre y otro sin nombre y el contraste es deliberado. ¿Qué significa?. En Israel, durante ese tiempo, el hombre rico no pudo haber sido un ateo o un pagano. El hombre rico hubiera creído en el Dios de la Biblia, hubiera orado al Dios de la Biblia, hubiera obedecido las leyes del Dios de la Biblia, pero está en el infierno y sin nombre… ¿por qué?, en el verso 25 Abraham dice: “Recuerda que en tu vida tuviste tus cosas buenas”, ya las tuviste, las cosas en las cuales construiste tu vida, las tuviste. Los filósofos por muchos años han hablado sobre lo que ellos llaman el ‘SUMMUM BONUM’. El bien supremo en tu vida. ¿Cuál es tu bien supremo?… ¿por qué vives?, ¿cuál es tu valor supremo?, ¿qué es eso que le da sentido a tu vida?, ¿qué es eso que te da un sentido de quién eres?. Sea lo que sea lo mejor que tienes, tu bien supremo o tu valor supremo, eso es lo que te una identidad; este hombre ahora, TUVO sus cosas buenas. Es tiempo pasado, estatus y riqueza fueron la base para la identidad y ahora que el estatus y la riqueza se han ido, no queda nada de él. ¡Él era un hombre rico o nada!, ¡No tiene identidad, no existe!, porque cuando le quitas todo, la riqueza y el estatus, se queda sin identidad, entonces preguntarás: ¿Cuál es la alternativa?, cuando alguien te quita todo quiero decir, el infierno es el lugar en donde pierdes todo. Si alguien te quita todo, ¿cuál es la alternativa?.

Søren Kierkegaard el gran filósofo danés, escribió un libro llamado ‘Enfermedad Mortal’, de hecho el único libro que he leído de él que puedo entender, pero realmente lo he entendido, en ese libro él lucha con la definición de pecado y él define al pecado como construir tu identidad en lo que sea menos en Dios. En el libro él lucha con una buena definición y él sabe que la definición tradicional de pecado es romper la ley de Dios. Y claro que él está de acuerdo en que romper la ley de Dios está mal como pecado, pero él se pregunta si esa definición es suficiente y la razón son los Fariseos; él dice aquí están los Fariseos, ellos siguen la ley fastidiosamente y aun así están perdidos, ¿por qué?. Cuando los fariseos sirven como sus propios salvadores y señores, porque ellos buscan ganar su propia salvación, ellos tratan de poner a Dios en la posición de que porque ellos son tan buenos Dios los tiene que bendecir y él tiene que responder sus oraciones, y tiene que darles una buena vida y se los tiene que llevar al cielo. Cuando los Fariseos por medio de su obediencia a la ley hacen eso, ellos están construyendo su identidad no en Dios, sino en su desempeño moral. Obtienen su orgullo, su autoestima de su moralidad y religiosidad y eso está destruyendo su carácter; por dentro ellos están llenos de orgullo, farisaísmo, voracidad, rigidez, afuera causando estragos, ¿por qué?, porque la mejor definición de pecado y aquí creo que él está en lo correcto, es construir tu identidad en lo que sea menos en Dios. Cosas buenas transformada en cosas supremas. Y lo que Kierkegaard dice es esto: Si tomas una cosa buena y la transformas en una cosa suprema, si tu miras cualquier cosa en esta vida y dices: Si tuviera eso, entonces tendría importancia y valor. Pero si no tengo eso entonces no soy nada. Si buscas dinero, carrera, tus talentos, apariencia, si buscas una relación, tus padres, tus hijos, poder, aprobación, comodidad, control… si tu buscas cualquiera de estas cosas, y las tienes como más fundamentales para tu significancia y seguridad, que el amor y conocimiento de Dios, entonces puede que creas en el Dios de la Biblia, ores al Dios de la Biblia, obedezcas las leyes del Dios de la Biblia, pero tu fe, la justificación de tu vida, ¡lo que realmente adoras en otras palabras, es otra cosa!, y eso comienza en tu corazón, un fuego cósmico espiritual. De eso trata la metáfora del fuego, ustedes dirán: ¿de qué está hablando, comienza un fuego?, bien, sabemos mucho acerca de lo devastadoras que son las adicciones.

Tomado de aquí.


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