En el último mes he tenido que visitar la atención por urgencias tres
veces; una por propia enfermedad y las otras dos por malestares en mi esposa e
hija menor. Durante estas visitas me encontré varios factores que siempre me
han molestado: la demora en la atención, el mal uso del triage y la
insensibilidad que tiene el personal médico y de enfermería en el sitio.Demorado,
siempre ha sido y no sé si cambiará; el mal uso del triage es y será un asunto
de cultura, pero la insensibilidad demostrada por parte de médicos, auxiliares
y jefes de enfermería, es realmente preocupante y hasta enfermizo.
No hablo de la posibilidad de que uno de ellos
haya tenido un día terrible, problemas en casa u otra situación que pueda haber
ocasionado su falta de tacto y humanidad en el trato con los demás, pero que
tres personas al mismo tiempo, en tres
ocasiones diferentes y que dicho personal no haya sido el mismo en tales
ocasiones, pero aun así todos experimentaran situaciones que alteren su buen
trato...que venga un matemático y me ayude a encontrar la posibilidad estadística
de que esto suceda.
Mi esposa trabaja en el área de la salud, en
una clínica al norte de la ciudad, y por ella y dicha institución sé que un
mejor trato es posible. Ella me ha compartido varias de sus experiencias mientras
trabajó en el servicio de urgencias y sé bien del alto nivel de stress que se
maneja allí, debido a la afluencia y el estado de los pacientes. No me dice, ni
yo quiero transmitir esto, que siempre haya tenido una excelente disposición
hacia sus pacientes o los familiares, o nunca
hubieran existido momentos desesperantes en los cuales su atención pudo ser
deficiente. Y eso es comprensible. Pero tratar siempre de una manera tosca,
grosera e insensible a todos los pacientes, eso...eso es otra cosa.
No hablo
solo del maltrato personalmente recibido sino del inconformismo y maltrato
general, percibido por otros pacientes. Es triste ver a personas que
prometieron cuidar, proteger y salvar vidas humanas, dando un trato tan inhumano.
Ahora cuando visito por urgencias al médico, inevitablemente,
tiendo a pensar en una visita al veterinario, porque me hacen sentir como un
animalito... no importa si siente dolor, solo se trata de curarlo. Es cierto
que no puedo pretender encontrar rostros sonrientes y tratos desbordantes de
amabilidad y cordialidad, pero...un, por favor, gracias, que este bien, que se
mejore, es acaso mucho pedir. Que se conserven las mínimas normas de urbanidad
y respeto, es vital.
Me parece fundamental que el personal de los centros médicos
recuerde una cosa: ustedes trabajan gracias a los pacientes, sin pacientes su
trabajo no sería necesario. Entonces ¿por qué no tratar de hacer su visita algo
menos estresante y mala?, piensen: ellos vienen con dolores, buscando alivio y mejoría,
y se encuentran con su cara de revolver calibre 38, su voz seria y malhumorada,
una actitud hosca y desinteresada...perdón, pero creo y esto no será de ayuda,
sino contraproducente. Y que hablar cuando no es a mí a quien le dan mala atención sino a uno de mis hijos o
familiares cercanos, tanto peor, porque mientras yo estoy enfermo, ni ganas me
dan de discutir, más estando en perfecto estado de salud, la situación es otra:
quisiera levantarme y exigir mis derechos, hacerles caer encuentra que tratan a
niños, hombres y mujeres semejantes a ellos mismos, quisiera hacerles pensar en
su propia familia y si les agradaría recibir el trato que ellos ofrecen, me encantaría
preguntarle al médico si su título lo encontró en un paquete de frituras y a
las enfermeras y auxiliares si las contrataron cuando pasaron frente al centro
de salud, ya que su educación no es mayor que aquella y puedo ver en un
habitante de calle.
Sé que no son todos, sé que aquí hablo de la minoría,
pero si esa minoría no entiende, puede contaminar tanto que la mayoría se volverá
indolente y se convertirá en la desagradable minoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario